Ventajas del aula inclusiva desde la Neurodiversidad
Todos somos diferentes, también al aprender
La ley en España propone la inclusión de los alumnos con necesidades educativas especiales en el aula normalizada y aunque ello aporta, en términos generales, muchas más ventajas que inconvenientes, no podemos negar que aún nos queda mucho por mejorar en este campo para que así sea.
La inclusión de este tipo de alumnos en el aula ordinaria, tiene como objetivo que desarrollen mejor sus capacidades físicas, intelectuales, así como sus habilidades sociales, favoreciendo la integración, la igualdad de oportunidades y una mayor aceptación de este colectivo por parte de la sociedad.
Para conseguirlo, no podemos olvidar que el aprendizaje ocurre de muchas maneras y que deriva en múltiples formas de aprender. De hecho, no todos aprendemos ni de la misma forma ni al mismo ritmo. Por eso en el aula es igual de importante motivar al alumnado para que se sienta interesado por el aprendizaje que generar oportunidades acordes a sus necesidades. Y es que el aprendizaje complejo se incrementa por el desafío y se inhibe por la amenaza.
De ahí que el nivel de dificultad de la actividad deba ajustarse a la capacidad del alumno y progresar al ritmo de cada persona, teniendo en cuenta que cada cerebro está organizado de manera única.
Todo ello implica que es necesario que el profesor conozca y evalúe de forma correcta las necesidades concretas de cada alumno, y en el caso de las necesidades educativas especiales, las neurociencias también nos dan claves sobre las peculiaridades del funcionamiento de su cerebro, es decir, sobre su neurodiversidad.
El concepto de neurodiversidad surge a finales de 1990 y defiende la idea de la “diversidad funcional”, partiendo de que cada persona tiene diferentes capacidades y distinto potencial que puede desarrollar. En este marco, la discapacidad mental es entendida como una expresión de esa diversidad funcional (Armstrong, 2012).
Sin entrar a valorar las ventajas de entender la discapacidad como diversidad, estamos de acuerdo con Fernández (2017) en que la idea de la neurodiversidad puede ser muy interesante para el profesorado, ya que reconoce la existencia de diferentes talentos y aptitudes, de diversas formas de aprender, y, por tanto, de enseñar. La diversidad se basa en gran medida en la intervención sobre dificultades, descompensaciones, déficits y trastornos debidos a daños o déficits neurales, ya que tener en cuenta de forma apropiada a estas diferencias implica, no sólo entender el funcionamiento del cerebro, sino entender cómo funciona en el aula, es decir, conocer sus peculiaridades al adquirir los aprendizajes y conocimientos.
Al igual que en la vida, la diversidad dentro del aula aporta muchas más ventajas que inconvenientes, siempre que adaptemos nuestra metodología a las necesidades de cada persona. De hecho, en términos generales, es ventajoso para todos, acarreando una mejoría a nivel social, conductual, cognitivo y emocional.
-Ventajas del aula inclusiva.
A nivel social, aparece una mayor aceptación y respeto a la diversidad, mayor colaboración entre iguales y una mayor responsabilidad y compromiso social. A nivel conductual, conlleva una reducción tanto en los conflictos como en el acoso, así como un aumento de las conductas prosociales.
Por lo que respecta a los aspectos cognitivos, contar con el ejemplo y la ayuda de un compañero más eficaz, implica tener un modelo que seguir y favorece una mayor demanda cognitiva que la supuestamente exigida a un grupo en el que todos los alumnos tengan necesidades educativas especiales. Por último, con respecto a la competencia emocional, favorece una mayor regulación, una mayor autoestima, asertividad y empatía.
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