Desde que puedo alcanzar a recordar me apasiona enseñar; supongo que puedo decir que soy una enamorada de mi trabajo y, que, el estar en permanente contacto con mis alumnos, me “motiva” a seguir aprendiendo.
Mis primeros recuerdos se remontan a los 6 años, cuando explicaba a un compañero de clase, vete a saber qué. Desde aquel día hasta hoy, siempre he seguido haciéndolo, con la diferencia de que ahora mis alumnos no siempre lo piden y, mucho menos, lo quieren. Es precisamente ese cambio en lo que implica enseñar, el que me ha hecho seguir aprendiendo y formándome toda mi vida.
Mi primeros estudios fueron los de la licenciatura de filología Inglesa, y desde ahí empezó mi andadura como profesora de inglés. Sin embargo, sentía una tremenda carencia en mi formación, ya intuía entonces la importancia de los aspectos emocionales o físicos, por poner algún ejemplo, en el aprendizaje; por eso, empecé los estudios de Psicología clínica, y los compaginé con mi trabajo, es cierto que mi formación cambió radicalmente, y mi forma de llegar a mis alumnos también.
Pero todavía sentía que me faltaba un conocimiento más profundo del cerebro, de los periodos críticos del aprendizaje, de las necesidades educativas especiales, entre un largo etc., así que entré en el mundo de las neurociencias a través de la neuropsicología y, resultó ser todo un acierto, porque la ciencia avanza y, especialmente en los últimos años, las nuevas investigaciones sobre el cerebro están abriendo un sinfín de posibilidades que, aplicadas en el aula, mejoran nuestra labor docente considerablemente, repercutiendo, en consecuencia, en el aprendizaje.
El haber unido todos estos conocimientos a mis años de experiencia, me ayuda día a día a sacar lo mejor de cada uno de mis alumnos porque, lejos de ser una generación afortunada, por tener todas las comodidades y facilidades para aprender, son probablemente la generación con más obstáculos en el camino.
Tienen ordenadores, móviles de última generación, útiles tecnológicos que muchos adultos no sabemos ni para qué sirven, tienen acceso a toda la información. Tienen libertad para para opinar y, para elegir su futuro. Tienen, con múltiples matices, todas necesidades básicas cubiertas y tal como decía Maslow en su teoría de las necesidades básicas, tienen la base cubierta, y entonces, ¿por qué seguimos siendo los españoles los peores en todas las estadísticas PISA?
La respuesta puede estar, no sólo en trabajar por proyectos, hacer periódicos o radios escolares, en incluir el trabajo cooperativo en el aula o, en el trabajo desde las inteligencias múltiples, entre un largo etc., sino en que, independientemente de la forma en que se plasme en nuestras aulas, siempre tengamos en cuenta al órgano que se encarga de todo el proceso, el cerebro.
Para que, en cada caso, podamos atender a las diferencias individuales, e igual que ocurre en fútbol, cuando lo primero que hace el club es hacerle pruebas físicas al nuevo jugador que ha comprado, nosotros seamos capaces de analizar qué hay detrás de la forma de aprender de cada persona, y, tengamos en cuenta, en caso necesario, el estadio madurativo en que está nuestro alumno, cuál es su capacidad de memoria a corto plazo, o simplemente, si su capacidad de atención se está viendo afectada por aspectos emocionales, en una palabra: su cerebro.
Desarrollo Docente
Desde 1991 es profesora de inglés de alumnos de secundaria y bachillerato, habiendo prestado sus servicios profesionales en distintos IES de la provincia de Córdoba. Tiene su destino definitivo en el IES “Fernando III el Santo” de Priego de Córdoba.
Profesora honoraria en Departamento de Educación para el curso académico 2020-2021 en la Universidad de Córdoba.
Como profesora, además de ejercer la docencia, actualmente colabora con el programa P.A.R.E.O (Programa de Alto Rendimiento Educativo para Opositores), en el que imparte talleres y formación en Neuroeducación para el profesorado.
A nivel de investigación colabora con la Universidad de Córdoba donde, además, está llevando a cabo el doctorado titulado: “La formación del profesorado desde la Neuroeducación como base del cambio metodológico en el aula.” con el que ha medido el impacto en el aprendizaje de nuestros alumnos a través del cambio de metodología, recogido en los dos libros previamente mencionados, consiguiendo diferencias significativas en los grupos experimentales.
Como neuroeducadora colabora en formación del profesorado y con diferentes asociaciones y escuelas de padres.
Formación reglada.
• Licenciada en Filología Inglesa. Universidad de Granada, 1990.
• Licenciada en Psicología, especialidad en Psicología Clínica. UNED, 2010.
• Máster Neuropsicología y Educación. Rama investigación. UNIR, 2014.
• En el presente año defenderá la tesis doctoral que ha medido el impacto de la formación en Neuroeducación del profesorado a través de la mejora de las competencias del alumnado.
Premios
• 2014-15. Tercer premio nacional de innovación educativa otorgado por Gredos San Diego al proyecto titulado: “Aquí Cabemos Todos”.
• 2015-16. Premio a la mejor Unidad didáctica integrada otorgado por el CEP de Córdoba en el Cantalenguas.
• 2016-17. Primer premio al trabajo de los alumnos llevado a cabo dentro de la Unidad didáctica integrada ganadora del Cantalenguas.
• 2016-17. Premio a la mejor Unidad didáctica integrada otorgado por el CEP de Córdoba en el Cantalenguas.
• Finalistas en los Premios Nacionales a las Buenas Prácticas Educativas del MEP 2017.
Algunos proyectos inmediatos
Próxima defensa de la tesis doctoral:
Próxima publicación del libro Hacer de la Neuroeducación el arte de enseñar. Pensar y sentir para desarrollar las competencias clave. (Colaboran María del Mar García (decana de educación- UCO ) y Vicente Llorent (investigador y profesor en educación (UCO)
Colaboración en el proyecto I+D titulado “ Las características del profesorado en la prevención de las conductas antisociales del alumnado”.